Bienvenido a mi mundo

Bienvenido a mi mundo
gracias por la imagen a Germán Banchio

jueves, 7 de marzo de 2013

Y la vida continúa (Abbas Kiarostami, 1991)

Tras el terremoto de 1990 que asoló la provincia de Gilán, al norte de Irán sobre las costas del Mar Caspio, el director emprende el viaje desde Teherán acompañado de su hijo para saber de la suerte del niño protagonista de un film anterior de Kiarostami, "Donde está la casa de mi amigo".
El actor que personifica a Kiarostami es Farhad Kheradmand, con esto quiero decir que no es el mismo Kiarostami quien actúa en la película.
Como la mayoría de las películas de este gran director iraní, una gran parte de la acción se desarrolla a bordo del auto. Los diálogos entre padre e hijo son inolvidables.
Como la carretera está totalmente colapsada entre la gente que van para saber de sus familiares y aquellos que huyen de la zona del desastre, nuestros personajes se deben desviar por un camino de tierra. Y es en el peregrinaje a través de los pueblos devastados en la montaña donde la profunda filosofía de Kiarostami va echando raíz y manifestándose lentamente como una flor que se va abriendo a la vida.
En una escena, un personaje tiene que subir un piso para servir un vaso de agua, da vueltas por el balcón intentando abrir las puertas y finalmente dice, todas las puertas están cerradas, no encuentro un tazón o vaso para servir el agua, director, asistentes, hagan algo. Y una chica enfundada en su chador iraní sube corriendo las escaleras con las carpetas conteniendo se supone el guión bajo el brazo para llevarle un cuenco. Interrupción de la ficción-realidad para llenar de contenidos reales a la ficción.
En otra escena, el hijo decide quedarse en un pueblito porque están levantando la antena de televisión para poder ver el partido de fútbol entre Argentina y Brasil. El director comenta que él se irá porque para él es más importante averiguar por el estado de su joven actor. Otro de los personajes dice que hay un campeonato mundial cada cuatro años pero hay un terremoto cada cuarenta, así que no vale la pena que se pierda este partido.
Finalmente, no va a llegar nunca al pueblo que es su meta, su peregrinaje continuará fuera del marco de la película y, como la madre que fue afortunada porque solo perdió a una hija (hay un diálogo muy interesante sobre la responsabilidad de Dios), vamos a decir, "Y, la vida continúa".
No hace falta que diga mi calificación porque esta película excede largamente mis expectativas y lo que me atrevo a puntuar en cine.

No hay comentarios:

Publicar un comentario