Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

domingo, 6 de octubre de 2013

El sol del membrillo (Víctor Erice, 1992)

"El sol del membrillo" es un documental sobre la realización de un cuadro.
"El sol del membrillo" es un pseudo-documental filmado durante la realización de un cuadro, con anécdotas y situaciones marginales.
"El sol del membrillo" es una película de ficción donde se filma lo que realmente el pintor Antonio López quiere llegar a plasmar del sol brillando entre los frutos del membrillo durante el otoño de ese año.
En "El sol del membrillo", se muestran todos los pasos que sigue el pintor Antonio López para trasladar a su pintura la magia de este árbol en su madurez otoñal.
Como lo protege de las lluvias y los temporales para que no caigan los frutos, cómo toma medidas de control para asegurarse tener la misma exacta perspectiva.
En una visita al árbol Antonio López declara que no es lo mismo trabajar con una fotografía que usar al modelo en vivo, al arbolito que está allí en su patio, mostrando su belleza y los fantásticos colores de sus hojas y sus frutos.
Pero, ¿es o no es un documental?.
Sabemos que Víctor Erice trabajó en complicidad con Antonio López para filmar esta, su obra mayor. Que adoptó los mismos criterios de control para asegurarse que tendría siempre la misma perspectiva de sus personajes, el pintor y el árbol.
En una de las últimas escenas, el trípode de la cámara reemplaza las piernas del artista.
En una exuberante obra de arte, que despliega belleza, calma y reflexión, Víctor Erice muestra mucho sin decirlo, sin siquiera sugerirlo, simplemente con estar ahí filmando.
No es una película de acción. No, si es eso lo que buscan ni se les ocurra ver esta película. Es un film para disfrutar con el corazón y los ojos.
Aunque el mismo director sugiere que también su obra quedará inacabada, los frutos del membrillo se reparten entre los que visitan la casa. Hay unos albañiles polacos o rusos o algo así, que están trabajando en la planta alta de la casa, que se reparten uno de los membrillos en su comida. Hay algo ahí.
También en los otros personajes que comparten el caserón. Hasta en el perro que nunca entra en la casa.
Para los que amamos el cine es un film para quedarse absorto, dejando que las imagenes paseen por nuestras mentes como por cuartos vacíos, buscando un lugar donde quedarse quietitas, un rincón donde guarecerse de los delitos diarios.
Diez puntos sobre diez para esta magnífica realización de Víctor Erice.

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