Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

martes, 26 de febrero de 2013

Barton Fink (Ethan y Joel Coen, 1991)

Nunca presté demasiado interés a la producción fílmica de los hermanos Coen y debo reconocer que, al menos con "Barton Fink", me equivoqué.
Barton Fink es el nombre de un escritor teatral al que Holywood lleva a Los Angeles en los años 40 con un contrato mefistofélico para escribir guiones de películas.
Toda la concepción visual y la dirección de arte de la película apunta a ser de pesadilla o al menos de sueño. Los personajes son oníricos y se comportan en el mejor de los casos como héroes kafkianos.
El guión que "Capitol Pictures" le encarga a Barton Fink (recordemos que es un autor teatral del off Broadway) es sobre lucha libre. Sí, así como lo cuento. Tiene que escribir un guión para una película sobre un gladiador de lucha libre y, cosa ridícula, ese luchador va a ser personificado por Wallace Beery.
Barton Fink es personificado espectacularmente por John Turturro, pero si alguien se lleva las medallas en esta película es John Goodman. Sus expresiones, su sonrisa y su natural bonhomía son perfectas a la hora de encarnar a este personaje siniestro. También está Judy Davis habitualmente correcta como es su costumbre.
Además del libro muy innovador todavía hoy, los hermanos Coen se encargan de la dirección y de la producción.
Todo hace que esta sea una película ideal para disfrutar del buen cine. Cuando termina uno todavía lleva encima carradas de interrogantes que tendrá que resolver con su almohada si es que le interesa resolverlos.
De 10 puntos, "Barton Fink" se merece 8 puntos. Excelente producción.

El volar es para los pájaros (Brewster McCloud) (Robert Altman, 1970)

Hace muchos años, cuando se estrenó en los cines, ví por primera vez esta película. En esa oportunidad me dejó absolutamente asombrado. Quedé fascinado por la originalidad y la narrativa de Robert Altman. Pasaron los años y este acuariano de Houston (Texas) nunca dejó de asombrarme con cada nueva película que veía.
Después de 40 años la vuelvo a ver y nuevamente la ironía, la crítica feroz y el sano humor con que Altman se divierte hacen que mi alma se ilumine de alegría.
Desde el personaje del disertante que interpreta a las mil maravillas René Auberjonois:
"También podemos mencionar el daño mortal que el hombre está haciendo al medio ambiente de las aves comparado con las triviales molestias que éllas le causan al hombre. Quizá algún día sea necesario construir enormes recintos ambientales para proteger tanto al hombre como a las aves. Pero entonces sería dudoso si el hombre dejaría a las aves entrar..."
hasta el adolescente (Bud Cort) cuyo único objetivo en la vida es volar.
Esta retórica Altman la transforma en película y no precisamente en una película filosófica o ambientalista sino en una comedia ácida y crítica de la sociedad que lo rodea. No queda títere con cabeza.
La dama filántropa que canta el himno (pésimamente) en todos los partidos que se celebran en el Domo del pueblo acompañándose de su propia orquesta de negritos, hasta el cuerpo mayor de la policía municipal, inútiles y burócratas. Desde el prestamista que recolecta sus ganancias en los geriátricos, hasta los políticos interesados en figurar. Lo más asombroso es que no escape de esta acidez el personaje de la chica a quien Shelley Duvall, en su presentación en cine, le presta su natural gracia, la misma con la que personificó a Olivia en otra película de Altman, "Popeye".
Lo mejor de todo esto es que en ningún momento Altman abandona ese lenguaje socarrón y divertido. Por ejemplo compara a los caracteres con especies de aves. El guardián del domo es un casuario.
El que no la haya visto se ha perdido algo realmente importante. Pero todavía se está a tiempo. Aunque no creo que una película de 1970 aparezca sobre las alfombras callejeras, aún puede que se la consiga en algún videoclub artístico.
Sobre 10 puntos, "El volar es para los pájaros" se merece unos cuantos más, así que no vamos a decir cuántos. Que cada uno que la vea coloque su propia calificación.

Ander (Roberto Castón, 2009)

Hay muchas veces en que quedo sorprendido por la calidad de ciertas películas que se desconocen por completo en mi país. "Ander" es una de éllas.
Producto de una cultura bien enraizada en Argentina que recibió a miles de inmigrantes vascos transformando las "tx" en "ch". Y sin embargo sus costumbres están muy lejos de nuestra conciencia popular.
"Ander" es una película vasca, hablada en euskera y que entiendo representa cabalmente a la cultura de los pueblos vascos españoles.
Ganó dos premios, uno en el festival de Berlín 2009 y otro en Toulouse (Violette d'Or).
Desde el principio hay que lidiar con el oído que se niega a escuchar esa lengua tan lejos de nuestros vocablos latinos. Podemos entender que "Ander" es Andrés, pero que como Andrés se llamaba el padre muerto él quiere que lo llamen Ander.
Y así se van sumando una a una las costumbres descriptas con la precisión de fotografías instantáneas sobre la vida de esta familia de granjeros vascos.
Pero tal como sucede en otras comunidades de campesinos españoles, Ander además trabaja en una fábrica, teniendo a su cargo también cultivar la huerta y cuidar de los animales.
La madre de Ander comprende el castellano pero no lo habla y la hermana, que también se llama Arantxa como la madre, está a punto de casarse con Iñaki.
Mientras escucha música, Ander cuida de las vacas que están pastando en lo alto de una colina. Y un día da la mala suerte que se cae y se fractura la tibia. Con la fábrica no hay problema, pero ¿quién se hará cargo de la granja?. Iñaki les ofrece llamar a un peruano que necesita trabajo y conoce bien los trabajos rurales. Y así es como José ingresa en la vida de Ander.
Ese es el punto de partida de la historia que se va a narrar con una magistral calidad y seriedad.
Son muchísimas las "notas" que se refieren al estilo de vida de los campesinos vascos y muy bien presentadas sin que se transformen en algo pintoresco. La fotografía es hermosa, también los paisajes lo son, fue filmada en la provincia de Vizcaya.
Es absurdo y casi imposible de relatar un acercamiento homosexual entre el campesino vasco y el "indio" peruano. Y también lo es para el propio Ander que lo rechaza como también rechaza sus propios sentimientos al respecto transformando ese sentir en fuerzas negativas.
Hace falta saber perfectamente lo que se va a relatar para desarrollar una película de este tipo con atavismos culturales tan fuertes y el director lo consigue con grandes méritos.
También los actores, Josean Bengoetxea y Christian Esquivel aportan lo suyo. El resto del elenco también está perfecto.
No creo que puedan conseguir fácilmente esta película, pero si lo hacen traten de verla porque se van a asombrar de su calidad.
Sobre 10 puntos vayan 8 puntos para "Ander".

domingo, 24 de febrero de 2013

Amor (Michael Haneke, 2012)

Desde que supe que Michael Haneke había ganado la gran Palma de Oro en el festival de Cannes 2012 con su película "Amour", quise conocer un poco más sobre este director de origen austríaco.
Fue así como ví "El séptimo continente" y "El castillo" (sobre la novela de Franz Kafka).
Pero por razones personales fui dilatando la experiencia de encontrarme con "Amour" hasta que, finalmente la ví.
Austera y sin concesiones, como las otras películas de Haneke, la película tiene una belleza formal escalofriante y eso que está filmada todo el tiempo dentro de las paredes de un departamento.
Como todo departamento donde reside gente que ha vivido mucho, este departamento está lleno de objetos maravillosos, pinturas, esculturas, cerámicas pero por sobre todo libros. Hay libros y bibliotecas llenando las escenas continuamente. Creo que aunque más no fuera la dirección de arte se merece todos los premios de Cannes. Pero no solo en Cannes ha obtenido premios. Los viene cosechando alrededor de todo el mundo, desde Toronto hasta Australia y probablemente se lleve algún Oscar también.
Hasta ahora estoy evitando hablar de lo más importante de la película, que no es precisamente su belleza formal. Ya dije que es una película austera y eso hace que la densidad de los sentimientos que la pueblan sea más evidente. Ya en la primer escena Haneke muestra en qué va a terminar todo y eso, lejos de quitar expectativas, hace que cada escena se vuelva más llena de contenidos.
El tema es el Amor. Tal como lo dice el título de la película. Pero hablamos del Amor, AMOR. No de la pasión que tantas veces se ha llevado al cine, sino del AMOR sobre el que muy pocos han querido hablar (Bergman, Tarkovski y algunos otros). Y de la pérdida del ser amado. De la pérdida de esa parte nuestra con la que hemos ido haciendo nuestra vida y a quien amamos y admiramos por todo lo que es y también por lo que no es.
No quiero seguir con este tema porque es un tema muy personal y cada uno lo vivirá a su manera, pero que quede claro que es sobre eso sobre lo que Haneke habla en esta película.
Y para narrar la historia necesitaba de dos actores con mayúscula y que dieran la edad de los personajes. ¡Qué brillante elección!. Tan excelente como el resto de la película.
Emmanuelle Riva, cuya tan extensa filmografía nunca ví. En mi memoria está el personaje de "Hiroshima mon amour" de Alain Resnais y aquella joven en 1959 angustiada por un amante alemán perdido durante la guerra a quien la tragedia de Hiroshima le hace recordar. Han pasado muchos años y en esta película es una anciana de avanzada edad, lo que corresponde exactamente a su edad real. Hay que ser una excelente actriz para meterse a su edad en la piel de este personaje tan angustiante.
Jean-Louis Trintignant. ¿Qué es lo que se puede decir del intérprete de "Un hombre y una mujer", de "Z" y sobre todo de "El conformista" de Bertolucci?. Se puede decir muchísimo, porque pocas veces en la vida he visto una actuación como la de Trintignant en esta película. A través de su personaje es por donde la película respira y sobre todo, por lo que no dice, más que por lo que dice. Como sucede en la vida real, en las situaciones como la descripta en la película, hay muy pocas posibilidades que uno tenga al alcance y la que casi siempre se elige es hacer lo que se tiene que hacer y dejar de lado las emociones.
Esto va sobre cargando la atmósfera de la película continuamente y creando en el espectador una complicidad tal que de alguna manera tiene que estallar.
Pero eso no lo voy a contar.
La tercera en cuestión, siempre hay una tercera, es nada más y nada menos que Isabelle Huppert, quien como es habitual se hace cargo total de su personaje y con la profesionalidad que la caracteriza.
Es muy desubicado por mi parte intentar calificar a esta película. Obviamente está fuera de los cánones habituales. Si estás leyendo mi blog, ya te darás cuenta del tipo de cine que recomiendo, así que te va a gustar sin lugar a dudas.

El hombre que sigue a las aves (Ali Khamrayev, 1975)

"El hombre que sigue a las aves" o "Chelovek ukhodit za ptitsami" es una película realizada en 1975 en Uzbekistán, cuando aún era una república de las socialistas soviéticas.
Alí Khamrayev nació el 19 de mayo de 1937 en la ciudad de Tashkent, capital de Uzbekistán. Desde la década de los 60 viene filmando asiduamente, pero claro, es prácticamente imposible que en este fin del mundo conozcamos el cine de Uzbekistán, como tantas otras cosas, ya que vivimos dedicados a mirarnos el ombligo.
Sin embargo, encontré esta película. "El hombre que sigue a las aves". Como la gran mayoría del cine de comunidades musulmanas que conozco, es una película profundamente moral donde se cuestiona a un mundo sojuzgado por la violencia y la rapiña.
Farukh, el adolescente interpretado por Dzhanik Fayziev, pregunta a un hombre sabio, "¿cómo se hace para vivir en un lugar donde todo es violento y sangriento, donde se matan a los animales por deporte y dónde no se deja vivir a los pobres y humildes?" y el hombre sabio contesta, "hay que seguir a los pájaros, ellos no permanecen mucho tiempo en el mismo sitio, sobre todo a la noche, que es la hora en que salen los lobos y los chacales".
De una poesía subyugante, la fotografía es maravillosa. Los paisajes son bellísimos y hay unas escenas filmadas bajo el agua que son para deleitarse.
Por lo demás, todo es exótico para nosotros. Los estilos de vida, las ceremonias, las comidas, los bailes, las costumbres. No hemos tenido mucha oportunidad en la vida para conocer sobre Uzbekistán. El cine es una buena pista.
Sobre 10 puntos, "El hombre que sigue a las aves" se merece 8 puntos. Podría estar mejor fotografiada pero hay que considerar que es una película de 1975.

La fortaleza de las mariposas dormidas (Algimantas Puipa, 2012)

El 14 de junio de 1951 nace en Anthaliepte, Lituania, Algimantas Puipa.
61 años más tarde filma "La fortaleza de las mariposas dormidas" ya con toda la sabiduría de los años vividos.
En esta película se narra la historia de Monika o Mona, interpretada espectacularmente por Janina Lapinskaite. Perdida en medio de su vida y no sabiendo a dónde ir, Monika ofrece su casa de campo como residencia temporal para tres prostitutas que han recibido asilo en una institución social.
De la relación entre Monika y las tres prostitutas se hace esta película. Intensa como las obras de Bergman, sin escrúpulos como los personajes de Fassbinder, pero por sobre todas las cosas espectacularmente humana.
Construída entre sueños y realidades, vamos de la mano de Monika recorriendo sus encuentros con el mundo exterior y las pequeñas ataduras que hace con la vida evitando el suicidio.
No es una película sensiblera, es muy profunda y como nada se explica queda en el espectador ir construyendo su propia interpretación y sus propios juicios sobre los personajes.
Para ser mi primer encuentro con el cine lituano estoy feliz de haber conocido esta película. No creo que se vaya a estrenar en Buenos Aires, pero probablemente la encuentren en alguna alfombra en la calle.
No dejen de verla, es realmente excelente. 9 puntos de los 10 en juego.

martes, 19 de febrero de 2013

Paris-Manhattan (Sophie Lellouche, 2012)

Helene, interpretada por Alice Taglioni, ama a Woody Allen, lo venera, él es su punto de referencia en la vida. Habla con él en la soledad de su cuarto donde una fotografía inmensa de Allen cuelga en la pared.
Evidentemente Helene es el alter-ego de Sophie Lellouche la directora de esta deliciosa película.
Deliciosa porque hay que saborearla, disfrutarla, del principio al fin.
Obviamente el amor hacia Woody Allen hace que la película tenga una entonación parecida, pero el parecido llega hasta allí nomás, en la calidez con la que trata a los personajes y como los define con tres o cuatro pinceladas. Todo lo demás está por demostrarse.
El único dilema es qué va a ser de la vida de Helene. Cualquier parecido con los guiones de Woody Allen no es por coincidencia. Pero no hay que engañarse, porque el personaje venere a Woody Allen no quiere decir que la película sea una copia francesa de un film de Woody Allen. Nada más lejos de eso. Es una película de Sophie Lellouche, al menos la primera que yo he visto y espero que se repita pronto.
Por lo demás la historia gira alrededor de la familia de Helene, los posibles engaños entre parejas y esas cosas tan comunes en los seres humanos, aunque en este caso sean franceses.
Helene es farmacéutica y en la farmacia además de vender medicamentos, tiene una tienda de DVDs y receta películas.
Para un amante del cine como soy yo, no hay ni habrá una figura más hermosa que esa.
Ha curado una neurastenia con films de Lubitsch y hasta a un ladrón le receta tres películas de Woody Allen para que mejore su vida.
Me gustaría poder hacer algo semejante. En realidad si alguien está preocupado por la chatura de su vida diaria le aconsejo que vea esta película.
Estoy seguro que ya está a la venta en las alfombras.
Mi calificación es de 8 puntos sobre diez. Aunque tenga algunos vacíos de cuando en cuando, se aceptan porque es una excelente comedia y porque la película se porta bien con los espectadores y los agasaja como en un festival. Muy bien otra vez por el cine francés.

lunes, 18 de febrero de 2013

Buenos días, noche (Marco Bellocchio, 2003)

El 9 de Mayo de 1978, Aldo Moro fue asesinado en Italia por un comando de las Brigadas Rojas, después de un cautiverio de 55 días. Los captores y asesinos fueron fácilmente detenidos, juzgados y condenados a prisión perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La ceremonia fúnebre fue oficiada por el propio papa Pablo VI y asistieron todos los dirigentes políticos italianos. La familia de Aldo Moro se negó a que su cuerpo estuviera presente en esa ceremonia y prefirieron algo más íntimo.
La verdad es que lo que los integrantes de las Brigadas Rojas pedían a cambio de Aldo Moro, que era la libertad de presos políticos, no fue aceptado por ningún dirigente político y hasta el mismo papa, cuando Aldo Moro se dirigió a él en una carta para pedir por su intercesión, lo que contestó fue que de rodillas pedía a los captores que lo liberaran SIN CONDICIONES, o sea sin aceptar la liberación de los presos políticos.
En una escena inolvidable, Aldo Moro le dice a sus captores: no se dan cuenta que el estado me va a dejar morir porque le soy más útil como víctima que libre y que ustedes no van a ser considerados como ejecutores sino como asesinos.
Solo un maestro como Marco Bellocchio es capaz de hacer una película sobre estos hechos de tal intensidad . No hay ningún guiño cómplice por parte del director, se limita a presentar la historia tal como teóricamente sucedió, con lo cual eleva el drama humano a alturas increíbles.
Esta película forma parte de una trilogía de filmes con los que Marco Bellocchio describió a la perfección la realidad política y social italiana. A través de éllos inscribió su nombre en el registro de los más grandes directores del cine italiano. Los restantes filmes son "La hora de la religión", sobre un no practicante religioso cuya madre va a ser beatificada por haber sido asesinada por su otro hijo débil mental y "Vencedor" sobre y el hijo de Benito Mussolini y su madre, no reconocidos por él.
En "Buenos días, noche", el cuestionamiento de las conciencias, para los personajes y para el espectador, es continuo y no se termina con el fin de la película. ¿Cuál es la justa medida por la cual un hecho político puede ser justificado?.
Lástima que estos cuestionamientos se dan siempre para los hechos políticos del mismo lado de la humanidad, los que afectan a los dueños del poder.
Prácticamente no hay escenas filmadas fuera del departamento donde Aldo Moro está cautivo. El filmar dentro del departamento hace que la similitud con el ámbito interno de la conciencia se vuelva más y más agudo.
Hay que destacar la actuación de Maya Sansa que personifica a la única mujer del grupo secuestrador y por quien se hacen pasar las mayores objeciones de conciencia. A través de sus circunstancias la mayor parte de la problemática del film está dicha. Roberto Herlitzka personificando a Aldo Moro es tal cual uno se lo imagina. El resto del elenco es también excelente.
Un aplauso en particular para el responsable de la musicalización del film. La elección de temas de Pink Floyd vuelven aún más intensas las situaciones dramáticas. La canción de los partisanos comunistas, "Fischia il vento" (versión italiana de la canción tradicional rusa "Kalinka") durante una boda, hace que el espectador deba cuestionarse qué fue de la realidad política italiana que estaba tan comprometida con los ideales revolucionarios al terminar la segunda guerra mundial y que llega a la realidad demo-cristiana neo-fascista en tan poco tiempo.
Fischie il vento
Y por último, la escena donde el papa Paulo VI recibe la carta de Aldo Moro, vibra de emoción con "La huída" de la Misa Criolla de Ariel Ramírez.
No puedo sino recomendar que vean esta película porque de CINE estamos hablando. Es obvio que mi calificación es de 10 o más sobre los 10 puntos en cuestión.

viernes, 15 de febrero de 2013

Las Sesiones (Ben Lewin, 2012)

Cuando una película se anuncia como "basada en hechos reales" automáticamente la descalifico. Todo en las artes está basado en la imaginación del ser humano, al menos hasta ahora, entonces si se utiliza el drama que haya vivido una persona real para escribir una historia, siempre va a ser algo creado por la imaginación. Dicho esto no sigo más con el tema porque no es mi intención.
Este blog se denomina "Cine interesante" (Películas interesantes que voy viendo y lo que aprendo de éllas) y "Las sesiones" se ha ganado su entrada al blog en justa medida.
Si seguimos con los anuncios del cartel (solo para descalificar al marketing del cine), esta película no tiene nada de "hilarious" ni de "heartbreaking". Nada.
Es una película hecha con una infinita sensibilidad, lo que le permite tocar un tema tan escabroso como es la iniciación sexual de un descapacitado, con absoluta ternura y sencillez.
Hay mucho respeto al ser humano, cualidad normalmente ausente del cine de Holywood. Hay mucho tacto y sí, podríamos decir, de alguna manera un humor sano muy agradable.
Siempre me gustó Helen Hunt, desde que hacía aquella inolvidable serie "Mad about you" hasta cuando nos asombró quedándose con un premio Oscar por su caracterización de una vulgar camarera en "Mejor imposible". Desde entonces, cada aparición de Helen Hunt bien vale el costo de una entrada de cine. Y esta película no es la excepción. Muchos de los calificativos positivos que adjudiqué a la película se pueden compartir con la actuación de Helen Hunt. Gracias a élla la película se torna sensible y sencilla. No se transforma en Anna Karenina, no, para nada, es una terapeuta cuya especialización es en el aspecto sexual. Y como le dice el personaje del hijo de Alan Arkin (Adam Arkin) es una santa.
William H. Macy nos ha brindado siempre actuaciones precisas. Esta no se escapa de la regla. ¿Cómo hace un sacerdote católico para aconsejar a un feligrés descapacitado que quiere tener relaciones sexuales?. El lo actúa con el embarazo necesario y la respuesta adecuada. Muy buena actuación.
También John Hawkes merece un párrafo aparte. No es nada fácil personificar a un ser cuya única fuente de expresividad está en el rostro y en un cuerpo tensado hasta no poder más. Claro que siempre este tipo de personificaciones acarrean premios porque a Holywood le encantan los que luchan contra el cáncer o sobreviven a una matanza. Los raptados por un OVNI o comidos por un tiburón. Pero otra vez, indudablemente la dirección de Ben Lewin tiene que ver en esto. A pesar que podría tener primeros planos con lágrimas corriendo por sus mejillas, nada de eso sucede, ni siquiera hay primeros planos, es una película sensible y sencilla, muy bien hecha y por esa misma razón digna de ser elogiada. El timbre de voz que John Hawkes eligió es el exacto y lleva consigo inocencia e ironía.
Del resto del cast rescato a Moon Bloodgood, mezcla de coreana con holandés-irlandés. El personaje que compone tiene una dignidad llevada al extremo que élla ha sabido aprovechar.
Creo que está previsto el estreno en Argentina para fines de marzo. Si es así y tienen ganas, vayan a verla. Se van a llevar una agradable sorpresa.
Es muy difícil calificar una película así, pero digamos que si bien no es el súper-espectáculo también escapa a los cánones de una comedia dramática habitual. Digamos que le adjudico 8 de los 10 puntos en juego.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Boris Godunov (Sergei Bondarchuk, 1986)

La película que cambió mi manera de entender el cine y me fascinó totalmente fue "El arca rusa" de Alexandr Sokhurov. Para mi discernimiento existe un cine antes y otro después de "El arca rusa".
Años más tarde tomé la decisión de ver las 8 horas de la gran obra en cine de Sergei Bondarchuk, "Guerra y paz", sobre la novela del celebérrimo León Tolstoi.
"Guerra y paz" me dejó totalmente anonadado. Entonces era posible filmar una epopeya histórica con los ojos del espíritu. Las escenas de los bailes de salón que tanto me habían fascinado en "El arca rusa" tenían aquí su inspiración. La cámara recorre los escenarios de Moscú en llamas o de las grandes batallas como la de Borodino, deteniéndose en los detalles, girando sobre los personajes anónimos, dejando entrever el cielo tormentoso. "Guerra y paz" de Bondarchuk es una obra maestra desde todo punto de vista. Desde la forma en que se transcriben los pensamientos del alma de Tolstoi hasta la recreación de la ciudad de Moscú imperial.
Claro que son 8 horas, pero vistas por separado, como está filmada, cada una de las cuatro partes son hermosas y mantienen el sentido en sí mismas.
No sabía entonces que Bondarchuk también había filmado "Boris Godunov". Para mi pobre conocimiento "Boris Godunov" era una ópera rusa donde el principal personaje lo cantaba un bajo de voz profunda. Así y todo nunca había visto la ópera. Ver entonces la historia del zar Boris Godunov tal como Pushkin la relató, puesta en imágenes fílmicas me pareció mucho más accesible que la ópera de Mussorgski.
La historia de Boris Godunov es una tragedia digna de Shakespeare a quien Pushkin veneraba. La historia del zar que llegó al poder tras la muerte (o asesinato) del zarevich Dimitri de apenas 8 años de edad y de como esa muerte lo persiguió durante toda su vida tal como el destino toca a nuestras puertas cada vez que la culpa redobla sus fuerzas, es narrada por Sergei Bondarchuk con toda la espectacularidad y sentimiento que la tragedia necesita.
Las escenas de batallas, si bien no se pueden comparar a las de la batalla de Borodino que ocupa casi 1 hora de la segunda parte de "Guerra y paz", son impresionantes.
En definitiva el resultado es espléndido.
Por favor, recordar que el cine ruso se caracteriza por su lentitud. No es un cine demasiado complejo, pero sí es absolutamente detallista y se detiene en cada aspecto el tiempo que sea necesario para relatarlo con absoluta fidelidad. Entonces el que esté acostumbrado a "La guerra de las galaxias" por solo poner un ejemplo, no debería ver estas películas porque puede resultar absolutamente alterado en sus tiempos internos.
Mi calificación es de 8 sobre 10 puntos.

domingo, 10 de febrero de 2013

A Prairie Home Companion (El último show) (Robert Altman, 2006)

En la prensa leí que “El Ultimo Show es una suave y nostálgica evocación de la América profunda”. Boludeces, nada más lejano a lo que se puede aprehender viendo la película.
"El Ultimo Show" es la despedida de Robert Altman. Su manera dulce y sencilla de decir adiós. 
Quien no haya visto la película podrá pensar que estoy hablando de un film melancólico y triste. Sí, de alguna manera lo es. Está sobrecargado de empujones hacia la sensiblería y a la chabacanería, pero creo que hechos a propósito, como jugueteando con un amigo muy querido.
Toda la puesta en escena crea en el espectador la sensación de estar metido no en los ojos de la cámara (hacia afuera), sino en la visión de la mente (hacia adentro). La mente que es un teatro de variedades por donde desfilan los protagonistas de las vivencias de Robert Altman.
La escasa luminosidad, el sonido medido, la falta de llamados a la realidad, hace que uno se deslice en un mundo de entresueño y ambigüedades. Lo mismo que sucede en nuestro inconsciente.
Desde el momento en que entendemos que se trata del último programa radial emitido en vivo desde un teatro todo nos remite a los años cuarenta. Pero no es verdad. La luz es de los años cuarenta, pero hay comentarios tales como que “ya no se va a poder escuchar una canción en vivo sino que deberemos resignarnos a escucharlas desde una computadora”. Este comentario sobresalta, porque causa un corto circuito con la imagen que la película intenta insinuar. Todo se vuelve intemporal, tal como sucede en nuestra mente.
Tampoco los intérpretes están elegidos para camouflarse dentro de esta escenografía oscura. Todos ellos se adaptan perfectamente a un mundo de personajes internos, por donde el dolor y la alegría del mundo, la cotidianidad y la falta de ambiciones crean una atmósfera de dulzura agridulce.
Claro que hay personajes muy claros. Está el ángel (Virginia Madsen), que antes que ella misma lo declare ya uno ha imaginado como un emisario de la muerte, cargada de presagios, deslizándose por los diferentes ambientes como un fantasma. 
Y está el muerto (L.Q. Jones). Desde el primer momento en que aparece ya uno sabe que está en el film para morirse. Es la carta de identidad de Robert Altman.
Qué significan personajes como el detective Guy Noir (Kevin Kline, vaya nombrecito alusivo a los detectives hollywoodenses) que es el hilo conductor de esta pseudo realidad y que está contratado para vigilar la seguridad dentro del programa o como el empresario (Tommy Lee Jones) que ha comprado el teatro para convertirlo en un garage de estacionamiento (vaya comentario sarcástico) y que quiere filmar el último programa con su cámara de video…. Solo Altman lo podría decir con tanta precisión. 
De la misma descripción hay muchas cosas que vuelan hacia la imaginación. Los podemos interpretar como la faceta de control en el espíritu de Altman y como una burla a su propia despedida.
Pero también hay llamados desesperados hacia el futuro. La asistente (Maya Rudolph) está embarazada y a punto de dar a luz. Lola, (Lindsay Lohan) la joven hija de Yolanda (Meryl Streep) escribe poemas en su cuaderno. Claro que todos ellos, según el mismo personaje declara, hablan acerca del suicidio.
Entonces, para retomar la línea de mi crónica, es en suma, la forma que este magnífico hombre de cine eligió para decir adiós a todos aquellos que de alguna manera hemos saboreado sus creaciones.
No creo que se haya muerto a propósito después de hacer este film, creo que su enfermedad (cáncer) de alguna manera lo empujó a no dejar abierta su obra. A sentir la obligación de cerrarla desde lo más íntimo de sus sentimientos, como diciendo adiós a los amigos.
Las canciones que entonan Meryl Streep y Lily Tomlin son para poner la piel de gallina. Cargadas de emotividad y de repetidos llamados a lo que se fue a lo que ya no es. Como para que uno entienda que no sólo se está hablando de recuerdos, sino que se los está vivenciando. Y sin embargo no es triste. Al mejor estilo Altman una suave sonrisa lo envuelve todo.
Me gustaría que el mismo tipo de sonrisa cerrara esta crónica, para aquel que supo construir durante toda su filmografía una radiografía amena y sarcástica de este mundo cargado de debilidades.
Por supuesto que, con toda humildad, mi calificación es de 10 puntos sobre 10.


viernes, 8 de febrero de 2013

Te amo, te amo (Alain Resnais, 1968)

Alain Resnais es uno de mis directores preferidos. Desde que ví "Providence" y "Mi tío de América" decidí que quería ver más películas de él. En su momento había visto "El año pasado en Marienbad" y no había entendido mucho, salvo el jueguito de los fósforos que se volvió muy popular.
Lamentablemente mi país no pudo nunca recuperarse de la crisis cultural que significó la dictadura militar y los grandes directores mundiales fueron reemplazados por las guerras de galaxias y cosas por el estilo. Inclusive las salas de cine de culto, que existen en casi todo el mundo, fueron vendidas para convertirse en tiendas fast food.
Pero, afortunadamente, en otros países sus películas se editaron en DVD y así tuve acceso a casi todas sus películas, salvo esta que recién ahora consigo.
No sé qué es lo que puede haber pasado con "Je t'aime, je t'aime" para que haya sido ignorada. Leí por ahí que cuando un crítico ve una película que no entiende puede convertirla en objeto de veneración (como sucedió con "El año pasado en Marienbad") o bien quitarla del medio. Y me parece que esto fue lo que sucedió.
Sin embargo "Te amo, te amo" contiene en ciernes todos los postulados de Alain Resnais. Su destrucción del tiempo secuencial, porque los hechos influencian unos en otros sin orden ni control. Su investigación de la verdad, cómo rescatar la verdad de los vericuetos de la mente humana. Como él mismo dijera en el título de una de sus películas "¿Conoces la canción?".
En "Te amo, te amo" se vale del artilugio de un experimento científico de regresión al pasado. Cuando se utiliza al protagonista, el experimento falla y el sujeto queda vagando atrás y adelante en sus memorias (otra que Freud). Inevitablemente para mostrar el experimento en secuencia es necesario que los flashes de la memoria se repitan y vaguen libremente sin razón de ser por el tiempo. En esto Resnais es maestro. Los flashes van y vienen y poco a poco vamos comprendiendo las motivaciones del personaje ya que nuestros cerebros se encargan de unir causa y consecuencia y los diferentes sucesos que aparecen en la conciencia del protagonista. Originalmente, la pregunta que le hacen al sujeto antes de inducirlo al experimento es "¿Qué estabas haciendo hace un año?". Ironías de Resnais.
No cuento más porque sino perderían la gracia, si llegaran a conseguirla.
Sobre los actores no tengo nada que decir, no son los habituales de Resnais. Claude Rich es quien personifica al sujeto de este experimento. Hace poco lo ví en una comedia francesa, pero claro, con 40 años más no lo reconocí.
Todo el aparato técnico es impecable como es habitual en los filmes de Resnais.
Mi calificación es de 10 puntos sobre los 10 de la escala. Y toda mi veneración hacia Alain Resnais.


miércoles, 6 de febrero de 2013

El viaje a Armenia (Robert Guediguian, 2006)

Una médica francesa le dice a su padre en Marsella que debe operarse del corazón. El desaparece y aparentemente regresa a su país natal, Armenia. Ella decide irlo a buscar. Pero, ¿cómo se hace para buscar una persona en un país?, aunque el país sea pequeño como Armenia.
Esta es la base desde donde parte esta película de Robert Guediguian.
Es de alguna manera el viaje iniciático del que viaja para conocer sus raíces. Como todo viaje iniciático, el encuentro con otra realidad siempre hace que nuestro héroe (heroína en este caso) vaya cambiando, con o sin su aceptación.
Y además Armenia es un país sobre el que conocemos poco y nada. Sabemos que la mitad del país permanece en manos de Turquía y que la otra mitad fue una república comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas porque estaba ahí, a los pies del Cáucaso y no por otra razón.
La película contiene material de sobra para entender y para darse cuenta de lo que son las diferentes culturas y lo que pesan al momento de querer definirse como un ser humano.
Excelente calidad del libro, escrito además por la intérprete principal, Ariane Ascaride junto con el director, cuyas raíces armenias deben haber ayudado muchísimo.
Pero no equivocarse, no se trata de una historia localista sobre los armenios. Esta realidad sobre inmigrantes o hijos de inmigrantes, se aplica a casi todos los países actualmente y a casi todas las culturas. Por una razón o por otra es mucha la gente que ha tenido que cortar amarras y volar hacia otra realidad.
Salvo que se sea de madera, no creo que haya persona a la que esta historia no la movilice, en cualquier sentido. Y además está muy bien hecha.
La música merece un párrafo aparte. Hermosa música del armenio Arto Tunboyaciyan, plena de dulces melodías y fuertes contrastes.
Quien pueda verla que no desperdicie la oportunidad. No se va a arrepentir.
Sobre 10 puntos en mi opinión se merece los 10 puntos por la calidez de los personajes y lo entrañable de la historia.

martes, 5 de febrero de 2013

Santos Motores ("Holy motors", Leos Carax, 2012)

A pesar del título, "Holy motors" es un film francés. Absolutamente francés.
Este fue mi primer encuentro con el director Leos Carax (real nombre Alexandre Dupont).
En su corta vida, "Santos motores" lleva ganados premios en todos los festivales en los que se presenta, desde Cannes hasta Los Angeles, desde Sitges hasta Vancouver.
Vemos un día en la vida de Mr. Oscar (magistralmente personificado por Denis Lavant), desde la mañana hasta que regresa a su ¿familia? a dormir. Y, ¿a qué se dedica Mr. Oscar?, esa es la intriga de la película y cuando uno cree que está a punto de descubrirlo el misterio nuevamente se cierra sobre sí mismo.
Película intrigante al máximo, puede decepcionar si lo que uno quiere es tenerlo todo explicado. Pero si a uno le gusta el cine y le despiertan curiosidad los diferentes lenguajes cinematográficos, esta película le va a encantar y lo va a asombrar.
Además las historias que se presentan son todas magníficas. Lindan en lo surrealista, pero como siempre están paradas en París, por donde circula todo el día la limousine de Mr. Oscar, no llegan a ser consideradas como absurdas. De karateca a asesino, de Quasimodo a matón, de padre abandónico a amante sin esperanza, por todos estos caracteres circula Mr. Oscar, siempre acompañado de su chofer, Celine, personificada por Edith Scob.
En otros personajes marginales aparecen Eva Mendes y, caso raro, Kylie Minogue, que también canta la canción.
¿Quiénes somos?
No es una película que se parezca a nada que yo haya visto antes y, realmente, aunque quisiera, no puedo explicarla. Es un film para disfrutar, del principio al fin.
Está claro que sobre 10 puntos, para mí, se merece 9 puntos.