Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

sábado, 11 de enero de 2014

De todo corazón (A la place du coeur) (Robert Guediguian, 1998)

El guión de esta película fue escrito por el mismo director, Robert Guediguian, basándose en una novela de James Baldwin, "Si la calle Beale pudiera hablar". En su adaptación transpuso el ambiente neoyorquino de Baldwin, al francés de Marsella y la adaptación es más que feliz.
No es posible imaginar esta historia de verdades y sorpresas si no es a través de los ojos de Clim, (Laure Raoust), una adolescente quinceañera profundamente enamorada de su Bebé (se llama Francois pero todos le dicen Bebé por sus rasgos). Bebé, (Alexandre Ogou), es hijo adoptivo de Francine (Christine Brucher) y Frank Lopez (Gerard Meylan), un matrimonio desavenido por sus tendencias opuestas, ella es ultra-católica y él ateo.
Ella está apegada a su hija adoptiva Blondine y odia a Bebé. Tanto Blondine como Bebé son negros.
Bebé es un artista. Hace tallas en piedra y en madera. Pero el hecho de ser negro le acarrea persecuciones por parte de un policía racista y finalmente acaba preso, acusado de una violación.
Estando preso es que Clim le dice de su embarazo. La familia de Clim le da todo su apoyo a los dos.
La madre, Marianne (Ariane Ascaride) decide viajar a Sarajevo en busca de la mujer que acusó a Bebé de ser el violador. El padre, Joel (Jean-Pierre Darroussin) junto con la hermana de Clim, Sophie (Veronique Balme) son el soporte continuo de Clim. Y hasta el propietario del departamentito (Jacques Boudet) donde viven Clim y Bebé, le dice que no se preocupe por la renta mientras Bebé esté preso.
Hay otros personajes más, pero todos actúan "de todo corazón", para bien o para mal.
El argumento hace que no se pueda olvidar la historia muy fácilmente. Las actuaciones son profundamente convincentes y la dirección de Guediguian hace que todo el proyecto llegue a buen puerto.
No es una película para llorar, pero tampoco para reir. La historia está contada con la suficiente distancia para no abrir heridas y si hay algo que rescata de la novela de Baldwin es ser un alegato contra la injusticia de una sociedad conformista y descorazonada.
Trailer
Es una verdadera película de amor. Diez puntos para Robert Guediguian y su "De todo corazón".

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