Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

sábado, 22 de febrero de 2014

Gracias por fumar (Jason Reitman, 2005)

Sobre la novela de Christopher Buckley, el director de "Gracias por fumar" construye uno de los más inteligentes y esclarecedores guiones sobre el marketing y las políticas en USA.
Es imposible no detectar, detrás de los vaivenes que juega Nick Naylor (gran actuación de Aaron Eckhardt), un tremendo mensaje para toda la humanidad. Cuándo dejaremos que la humanidad sea libre y adulta para decidir por sí misma y no a través de campañas de "deformación" del pensamiento, dignas de una academia de políticos nazis.
Como portavoz de la Asociación para Investigaciones Tabacaleras, Nick Naylor rebate los argumentos con que la sociedad financiera yanqui ha decidido es el fin del negocio del cigarrillo. Lo hace por televisión pero también coimeando al que fuera el intérprete de los comerciales de Marlboro para que no haga público su cáncer. El mismo confiesa que nunca fumó Marlboro.
Es que al lado de Nick Naylor, está su hijo Joey (Cameron Wright), que quiere conocer más sobre las habilidades de su padre.
Y Nick Naylor le imparte lecciones de la honestidad necesaria para moverse en el mundo de los negocios.
Enfrentado a Nick Naylor, está el senador por Vermont (el genial William C. Macy), quien busca asegurar su banca atacando a la industria tabacalera.
Está dentro de sus planes que los fabricantes de cigarrillos deban colocar obligatoriamente la imagen de una calavera cruzada por dos huesos (veneno) en los paquetes que comercializan.
Hay una periodista (Katie Holmes) que se juega el todo por el todo para obtener la información de Nick, aunque deba canjearla por sexo. El artículo que publica destruye la imagen de Nick y ocasiona que sea despedido.
Respondiendo al mensaje de su hijo, "dónde quedó tu poder de convicción", en la sesión del senado, Nick Naylor, aunque ya ha sido despedido de su puesto, participa y da una soberana lección a los participantes. Como, por ejemplo, deben ponerse las mismas calaveras en los autos Ford por la cantidad de muertes que ocasionan anualmente.
Cuando el senador por Vermont interviene, Nick propone que a los quesos cheddar que Vermont fabrica también les coloquen la calavera por la cantidad de colesterol, primera causa de muertes en USA, que contienen.
El senador le pregunta a Nick si su hijo fuma y él contesta que no, porque sería ilegal, aún no ha cumplido 18 años y cuando el senador le dice si el día que cumpla 18 años va a compartir un cigarrillo con su hijo, Nick contesta, si él lo quiere, le voy a comprar un paquete de cigarrillos.
Y en esa respuesta está encerrada toda la sabiduría que esta comedia nos brinda. Seamos responsables por nosotros mismos y dejemos a los demás que decidan sobre sus vidas con total libertad, estemos o no de acuerdo con el camino que hayan elegido.
No es un buen momento, ni nunca lo ha sido, para lanzar este mensaje en USA. Un país que se especializa cada día más en dictaminar dónde hay y dónde no hay democracia, e intervenir armadamente para imponer su democracia.
La hipocresía de los negocios.
Trailer (hablado en castellano)
Ocho puntos para esta excelente comedia de Jason Reitman.

martes, 18 de febrero de 2014

Vera Drake (Mike Leigh, 2004)

"Vera Drake o El secreto de Vera Drake", relata la crónica de una mujer humilde, de clase trabajadora, empleada doméstica que cuida a su familia y a su madre enferma. También cuida a otras personas que se encuentran solas o desvalidas. Y también ayuda a jóvenes que han quedado embarazadas y no desean tener el niño, a abortar.
El guión de Mike Leigh es implacable con la realidad y lejos de ser tendencioso, muestra la realidad de los abortos en las clases humildes y de la infinita bondad y solidaridad del personaje hacia otras jovenes muchachas.
Que el aborto sea condenado por la sociedad es una consecuencia de que la que domina en el mundo occidental y cristiano sea una sociedad machista. Los hombres condenan el aborto, pero no tienen ninguna noción de la responsibilidad que una mujer necesita para llevar adelante un embarazo cuando ya tiene otras siete criaturas que atender o cuando el embarazo es consecuencia de una violación. O simplemente, cuando no lo desea. También muchas mujeres se dejan arrastrar por lo pecaminoso de la situación o por un exacerbado "amor" a la vida. Amor que no demuestran hacia tantos casos de niños abandonados o en la indigencia como los que hay en el mundo.
También muestra la película el aborto de una joven de clase acomodada que es llevado a cabo en una clínica privada con asesoramiento psiquiátrico y cobrando una buena cantidad de dinero.
Pero esos mismos médicos, cuando acude una joven a consultarlos en estado grave a consecuencia del aborto provocado por los métodos de Vera Drake, se rasgan las vestiduras y acusan al cielo de la irresponsabilidad de estas carniceras.
Nada más lejos de la realidad que lo que la actitud de Vera Drake demuestra permanentemente en la película. Los casos que atiende le son confiados por una amiga de la infancia, Lily, que es la que cobra por los abortos sin que Vera Drake lo sepa.
Alrededor de Vera Drake se mueve su familia. Su marido, un honesto trabajador en el taller mecánico de autos de su hermano. Sus hijos Sid y Ethel, él empleado en una sastrería y élla en una fábrica de bombillas eléctricas.
La realidad simple y feliz de un hogar de trabajadores se ve destruída cuando una enfermera del hospital al que ha ido a parar la joven en estado grave, llama a la policía. La madre de la joven, que reconoció a Vera cuando atendiera a su hija, termina por decir su nombre a los detectives. Y Vera, en medio de la celebración del compromiso de su hija Ethel, es arrestada y llevada a la comisaría.
Su marido George va a la comisaría a ver que es lo que sucede y el detective termina pidiéndole a Vera que élla misma le diga a su marido la razón por la que ha sido arrestada.
La reacción de sus hijos al conocer su delito es la que nos da una clara idea de la posición del director. Sid, dice que nunca podrá perdonarla mientras que Ethel no dice nada, pero abraza a su madre.
Luego viene el juicio en el que la misma Vera se declara culpable y el juez, hombre en acción, haciendo alarde de la aplicación de justicia para prevención de otros criminales, la condena a dos años y medio de prisión.
Vera Drake es interpretada por una gran Imelda Staunton, no en vano su trabajo fue galardonado en varios festivales de cine. Es quizás la bondad del personaje lo que mejor expresa Imelda Staunton.
Junto a élla, Richard Graham como su marido George, también con gran expresividad, nos da una cabal idea del sentido de honor y comportamientos en esta familia.
La música es de Andrew Dickson, el habitual colaborador de Mike Leigh y en personajes secundarios vamos a encontrar a Ruth Sheen, Sally Hawkins y Lesley Meanville. También a Jim Broadbent que aparece en el film, como el implacable juez.
Trailer
Es muy difícil calificar esta película con solamente 10 puntos, porque el alma se siente subyugada por el drama humano que se esconde detrás de esta historia. Vayan entonces 120 puntos para "Vera Drake".

domingo, 16 de febrero de 2014

Agosto (August Osage County) (John Wells, 2013)

"Agosto" es una estupenda obra de teatro de Tracy Letts que tuve el gusto de ver en Buenos Aires con una puesta maravillosa. La escenografía por donde los personajes se movían fue algo difícil de olvidar. Las 3 dimensiones del escenario, con escaleras y pasillos, algo realmente suntuoso. Entonces mis expectativas por la película eran muy altas y sabía que iba a ser muy exigente.
La versión cinematográfica de John Wells, agrega paisajes inolvidables y autos llegando y yéndose. Poco más que eso.
El elenco es magnífico. Desde Meryl Streep que nos brinda una majestuosa interpretación de Violet, el personaje clave de la trama. Julia Roberts, muy bien, muy bien, como Barbara una de las hijas de Violet. Margo Martindale personificando a Matty Fae en una ajustada caracterización.
Ewan Mc Gregor como el marido de Barbara, un personaje algo deslucido.
Chris Cooper como el marido de Matty Fae, con intensos momentos dramáticos.
Sam Sheppard, en la que sea probablemente la más corta interpretación que jamás haya hecho, como Beverly, el marido desaparecido de Violet.
Juliette Lewis como Karen, otra de las hijas de Violet, perfecta en su interpretación.
Julianne Nicholson como Ivy, la tercer hija de Violet, discreta y completamente a tono con las exigencias del personaje.
Benedict Cumberbatch (el "Sherlock" de la BBC), como el Pequeño Charles, da en su personaje secundario una excelente lección de interpretación y me pregunto cómo ha hecho para disimular su hermoso acento británico.
Entonces: la película como tal, es apenas discreta. El elenco es monumental y se merece todos los galardones.
La música de Gustavo Santaolalla es perfecta e ilustra a la perfección los paisajes del medio oeste.
Los movimientos de cámara son molestos e interrumpen la atención. Es una perfecta obra de teatro filmada a los tumbos por un director que pensó en incorporar los movimientos cinematográficos a la acción teatral. Pero como los diálogos son la base del drama, se requería una puesta más estática, cercana a una tragedia griega, para acentuar los puntos fuertes de la obra y no distraer al espectador.
Por otra parte, la versión teatral que ví en Buenos Aires, tenía sus momentos de humor. En esta versión cinematográfica han desaparecido por completo y el drama se posesiona de todas las imágenes, diluyendo la grandiosidad del argumento.
Trailer
Es difícil para mí calificar esta película. Sí, la volvería a ver una y otra vez para disfrutar de las interpretaciones, pero como filmación es más bien mediocre. Voy a poner un 7 para la película con un 10 para el elenco.

viernes, 14 de febrero de 2014

Viaje a Cythera (Taxidi sta Kythira) (Theo Angelopoulos, 1983)

"Viaje a Cythera" es un maravilloso ejemplo de como hacer buen cine con una historia relativamente sencilla. Un director de cine, Alexandros, está haciendo el casting para buscar al intérprete de su película y súbitamente lo encuentra en un vendedor callejero.
Luego vemos el regreso del padre de Alexandros en la imagen de la escalerilla de un barco por la que desciende el vendedor callejero, con una valija y el estuche de un violín.
Luego de 32 años en el exilio, un viejo comunista, Spyros, regresa a Grecia y se produce el reencuentro con su familia, Alexandros, su hermana Voula y su madre, Katerina. A esta altura el espectador ya olvidó la película de Alexandros.
La fiesta de bienvenida termina abruptamente cuando Katerina se encierra en la cocina y Spyros se va a un hotel. Alexandros lo acompaña. Spyros le cuenta, "el primer año en el exilio pasa rápido, pero el segundo y el tercero sólo te acompañan los recuerdos de Grecia. Luego aparece una mujer, te cose un botón y hoy tengo otros tres hijos allá en Rusia."
Al día siguiente vuelven al pueblo en el auto de Alexandros. Casi al llegar, en el camino, el auto se para para que Spyros descienda. Mediante silbidos de pájaros se comunica con su amigo de toda la vida, Antonio, que está en el pueblo. Katerina traduce lo que se dicen con silbidos a sus hijos.
Pero en el pueblo están vendiendo las tierras para la construcción de un mega hotel de turismo con el que piensan devolver la vida al pueblo. Spyros se niega a firmar y pone a todo el pueblo en su contra. Y ahí comienzan las recriminaciones, "te fuiste con tu fusil y nunca más regresaste y ahora vuelves para esto".
La casilla donde guarda los instrumentos de labranza es incendiada y la policía quiere detener a Spyros para que declare. Katerina decide quedarse con él en el pueblo.
Pero terminan teniendo que huir del pueblo. Están esperando el tren cuando aparece la policía y lo detienen para expulsar a Spyros del país, ya que ha perdido la nacionalidad griega. Finalmente lo llevan al puerto para embarcarlo en un barco ruso, pero los del barco ruso se niegan a embarcarlo si él no lo solicita.
Spyros termina en una plataforma en medio del mar, en el límite de las aguas territoriales.
Es una película en la que se filma una película que es la película y como tal tiene acontecimientos abruptos y sorpresivos pero como todo está amortiguado por el estilo ascético de Angelopoulos y por una hermosísima fotografía de pueblos envueltos en la neblina o del puerto y barcos bajo la lluvia y de personajes que como que también están envueltos en una fotografía indefinida, la atmósfera se vuelve de ensueño y a pesar de la tragedia que nos cuenta la historia uno no puede más que disfrutar de ese estilo inconfundible de poesía con el que Angelopoulos supo crear sus bellas películas.
Canta Giorgio Dalaras.
Trailer
No hay ninguna posibilidad de que me anime a calificar esta película.

lunes, 10 de febrero de 2014

La piscina (Swimming pool) (François Ozon, 2003)

François Ozon se caracteriza por la atmósfera de misterio que envuelve a sus películas. Desde "Bajo la arena" donde el marido de Charlotte Rampling va a la playa y no vuelve nunca más y élla vacila durante el resto de la película entre la desesperación y el hastío, "Ocho mujeres" donde un crimen acontece en la casa donde habitan siete de las mujeres del título o "El tiempo que queda" donde un fotógrafo de exito es shockeado por la noticia de que tiene un cáncer terminal.
En "La piscina", la línea del relato no tiene grandes relieves, los pequeños hechos que van sucediendo en la vida de Sarah (Charlotte Rampling), una escritora londinense de novelas de misterio de vacaciones en la casa de su editor en Francia, van montando una cadena de sucesos intrigantes.
No dejemos al margen que Sarah está escribiendo una novela y que en el medio de la escritura Julie, la hija del editor, (Ludivine Sagnier) va a aparecer por la casa y todo se va a trastornar en la vida (¿o en la novela?) de Sarah.
Pero los acontecimientos siguen siendo horizontales, hasta que algunos de éllos nos comienzan a sorprender. Ya a esta altura, el espectador avezado debe imaginar que no todo lo que se muestra en la película forma parte de la realidad y que muchos de estos sucesos son parte de la novela que Sarah está escribiendo.
Nuevamente Charlotte Rampling nos alucina con una interpretación sorprendente. Sus gestos de hastío o molestia son impagables. Ludivine Sagnier también aporta lo suyo al personaje caprichoso de la hija del editor.
En fin, que lentamente, la película cautiva al espectador y lo mantiene en vilo y lo lleva hacia donde el director quiere que vaya.
Pero es así, el cine es ficción y todo lo que está en las imágenes del film son parte de un texto imaginado por el autor, el director y los intérpretes.
Y la música. Ah, la música de Philippe Rombi, con una melodía monótona e insidiosa colabora a las mil maravillas en la atmósfera seductora de la película.
Trailer
Ocho puntos sobre diez es mi calificación de "La piscina".

martes, 4 de febrero de 2014

El tren de la vida (Radu Mihaileanu, 1998)

Cuando la película termina, uno queda azorado. Y esto es lo más que una película puede llegar a transmitir. El asombro, el desconcierto, el no saber si reir o llorar.
En el año 1941, a un pueblito judío de europa central, el loco del pueblo trae la noticia que los nazis están deportando a todos los judíos de Europa. El consejo reunido no sabe cómo afrontar la situación, pero es el loco quien plantea la solución. Armar un tren propio de deportación, con soldados alemanes propios portando una orden de deportación falsa y llevar a todo el pueblo a Palestina, a Tierra Santa.
Un chico pregunta: porqué la tierra es santa en un sólo lugar.
Esta es una de las preguntas con las que el director nos va a bombardear durante el desarrollo de la película.
Tiene momentos muy emotivos y apela a la comedia sobre la variabilidad del género humano, donde cada uno busca salvar su cabeza aunque deba dejar de lado a los demás.
Sin embargo hay algo en el planteo de la película que conmueve. El esfuerzo de todo ese pueblo para irse, para seguir adelante, para dejar la vieja europa encallecida y opresiva.
Son numerosas las vicisitudes por las que este "Tren de la vida" va a pasar en su camino hacia la esperada libertad y para cada una de éllas el director plantea imaginativamente una salida plausible.
De como los que se visten de soldados nazis se vuelven nazis y otros en comunistas. Como todos están listos para sabotear el proyecto a pesar de éllos mismos.
En su camino el tren va a esquivar a las tropas nazis atravesando las praderas centro-europeas y en esa huída está la clave de la emoción que nos invade. Es posible escapar de la iniquidad, del sometimiento a la maldad del género humano. Todas estas preguntas no están planteadas abiertamente en la película. Surgen como consecuencia de los hechos que acontecen.
Un gran director rumano, Radu Mihaileanu, lleva con su mano cariñosamente esta película adelante y la deja ante nuestra vista para que cada uno de nosotros evalúe su propio "Tren de la vida".
La música de Goran Bregovic
Nueve puntos sobre diez es mi calificación.

domingo, 2 de febrero de 2014

Popeye (Robert Altman, 1980)

"Popeye" es una historia sobre los famosos personajes de caricaturas, Popeye el marinero, Olivia su novia y Brutus, el matón. En base a esos caracteres, Jules Pfeiffer, el ganador del premio Pulitzer y autor de los guiones de "Pequeños asesinatos" y "Conocimiento carnal" entre otras, escribió el guión que Robert Altman trasladaría al cine.
La película mantiene y acentúa el diseño surrealista de las caricaturas y Robert Altman se encarga que todo aspecto absurdo tenga su lugar en la película. Sobre todo en los más ínfimos detalles.
La aldea donde se desarrolla la película es un hallazgo en sí misma. Construída en la Anchor Bay de la isla de Malta, es un laberinto con un orden muy caótico donde las escaleras se encaraman sobre las casas y los puentes de madera sobre las entradas del mar.
Y Robert Altman contó con un director de fotografía de primer orden, Giuseppe Rotunno, para conseguir los mejores enfoques y tomas.
Es como una historia de sueños, que mantiene su orden en sí misma, como otra "Alicia en el país de las maravillas".
Dos actores sin par encarnan a los personajes: Robin Williams, perfecto en la piel del marinero y Shelley Duvall nunca tan jiráfica como en esta película, donde las piernas y los pies se le enredan constantemente.
Paul L. Smith se lleva las palmas de conseguir un Brutus lo suficientemente creíble para la audiencia y Ray Walston en el papel de Daddy, el papá de Popeye, es casi el doble de Robin Williams.
La música, otro hallazgo, es de Harry Nilsson.
Cuando se abre la película sobre las imágenes de Puerto Dulce y se escucha la canción de Harry Nilsson, el alma se estremece de emoción.
Las aventuras que se desarrollan en la historia son lo suficientemente cautivantes como para mantener a los espectadores ensimismados.
El problema es que "Popeye" suena a película para niños, tanto como se supone que el libro de Lewis Carroll, "Alicia en el país de las maravillas" lo es. En realidad "Popeye" es una maravillosa obra de arte metida dentro de un cuento de ficción para adultos que aún conservan sus niños despiertos al asombro.
Cada escena es una nueva fascinación, cada detalle, cada personaje que se mueve alrededor de Puerto Dulce, encarnan un delirio imaginativo hecho realidad.
El plus de esta película es haberse hecho. Que esta fantasía se haya podido realizar habla muy bien de la excelencia de Robert Altman.
Puerto Dulce
Diez puntos sin dudar para esta maravillosa película de Robert Altman.