Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

viernes, 4 de abril de 2014

La forja de un rebelde (Mario Camus, 1990)

Esta super producción de la televisión española está basada en la novela de Arturo Barea del mismo nombre, que es un relato autobiográfico de la tragedia española del siglo XX.
Cuenta desde su infancia como estudiante en un colegio religioso, pasando por su adolescencia trabajando como esclavo en una tienda y finalmente retomando sus estudios. Luego cuenta de su matrimonio, que mantendrá a pesar de los sinsabores de la vida en pareja hasta bien entrada la guerra civil. Después es enviado a la guerra de Marruecos, una guerra sangrienta y cruel, que como bien dice el personaje, han fabricado los generales españoles para esconder la derrota en la guerra contra Estados Unidos en que perdieron sus colonias de ultramar, Cuba y Filipinas. Contrae el tifus y eso lo marcará de por vida haciendo de él un hombre inútil para los trabajos de esfuerzos. Al regreso a Madrid entra a trabajar en la oficina de Patentes y allí se encuentra con los chanchullos de los empresarios, los que esconden un invento para extraer azúcar de la remolacha porque les hace perder sus ganancias con los descartes de la caña de azúcar. Esto lo lleva a participar en política, defendiendo la posibilidad de la república, la que llega finalmente y es combatida y resistida por los factores de poder, ejército, burguesía y clero.
Como todo en la historia del mundo, cada ser humano elije su lugar en el "martín pescador" de la vida. O eres pudiente, conservador, religioso y te importa un pito de los demás e intentas destruirlos o eres socialista, comunista o el ista que más te guste y tratas de modificar el mundo para que sea un poco mejor.
Esta es la forja de la que habla Arturo Barea en su novela y a la que un señor director como lo es Mario Camus supo trasladar a la perfección a la imagen y a los sentimientos. Es una especialidad de Mario Camus el mostrar las miserias de los seres humanos con poder y como lo ejercen sobre los desposeídos. Ya en "Los santos inocentes", nos había dado una clase magistral.
Por eso no son de extrañar las escenas de Marruecos, donde por la intervención de Barea se salva una higuera de ser dinamitada y de las miserias de la guerra, donde llega gente pobre y humilde campesina a ser entrenada para combatir con rifle y bayoneta. El personaje que encarna Jorge Sanz, un campesinito gallego que pierde una pierna y dice que volverá a su pueblo a compartir con el desgraciado del pueblo su destino, es de una ternura que conmueve hasta las piedras.
Luego vendrán las secuencias de la guerra civil, los bombardeos de aviones alemanes sobre las ciudades y sobre los civiles. La destrucción de la ciudad de Madrid en su resistencia a ser tomada por las tropas de Franco. Un ejército que ha hecho la guerra contra sus connacionales no puede vanagloriarse de nada.
El personaje de Barea es encarnado por Jorge Juan García Contreras en los capítulos de su niñez y por Antonio Valero en el resto de los episodios. Es extraordinario como el actor nos hace sentir ese dolor y opresión de quien ve y siente las injusticias y la maldad de los poderosos y nada puede hacer contra éllos.
En definitiva, una miniserie en seis capítulos que se deja ver con la suficiente paciencia y que nos oprime el corazón pero no por sensiblerías o por historietas de muerte, sino por el fondo de la olla del ser humano.
La noticia del comienzo de la guerra civil española en el siguiente enlace:
El golpe de estado de 1936
Diez puntos sobre diez para "La forja de un rebelde".

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