Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

lunes, 21 de abril de 2014

La gran belleza (Paolo Sorrentino, 2013)

Un absoluto lujo para cinéfilos. "La gran belleza" tiene ese sabor a espectáculo, reflexiones y humanidad que no se veía hace mucho tiempo en el cine y aún menos en el gran cine italiano.
Heredero directo del gran Federico Fellini, Paolo Sorrentino vuelve a poner en escena la decadencia de la sociedad romana y la belleza inherente a la deslumbrante ciudad de Roma y a sus marionetas.
Rememorando a cincuenta años de la filmación de "La dolce vita", Paolo Sorrentino nos brinda con una mirada actualizada y con una excelente fotografía de Luca Bigazzi, la visión de Jep Gambardella (la mejor actuación de Toni Servillo desde "Bella addormentata") sobre los personajes que deambulan por el jet set de Roma. Jep Gambardella ha escrito una sola novela en su juventud por la que ha sido ampliamente reconocido y a sus 65 años medita en que debiera escribir otro.
Los guiños al cine de Fellini son innumerables y es evidente que Paolo Sorrentino quiso hacerle un homenaje.
El cruce del personaje con Fanny Ardant con un diálogo escueto -Madame Ardant- dice Jep, -Bonne nuit- contesta Fanny Ardant, remite a Fellini-Roma cuando la cámara sorprende a Anna Magnani regresando a su casa.
De "Julieta de los espíritus" hay escenas muy parecidad, las damas de la sociedad todas éllas con importantes capelinas rodeando al cardenal en una escena campestre. La visita a la vidente se transforma por acto de magia contemporáneo en el consultorio de un aplicador de botox. Hay innumerables guiños a Fellini, una de las que acude por bótox es una monja que luego acudirá con igual fervor a visitar a la santa.
La editora de Jep, que es una enana nos hace acordar de la monja enana de "Amarcord".
La pregunta de Jep al cardenal sobre sus dudas existenciales quedan sin respuesta porque el cardenal huye presuroso y cuando no puede, porque está en su auto, procede a bendecirlo.
Otro personaje inolvidable es el de Ramona (Sabrina Ferili), la stripper que se gasta todo su dinero en no se sabe qué, hasta que devela que es en su enfermedad.
Y como broche de oro la visita de la santa, una monja que vive atendiendo a sus pobrecitos en el Chad y que en su estadía en Roma insiste en conocer a Jep porque es una admiradora de su novela y quiere que estén también los condes de Colonna porque los conoció de pequeña (la monja tiene 104 años) que ya han muerto, pero el organizador contrata a dos nobles que por una tarifa razonable acuden a fiestas y comidas.
El ritmo es excelente y si bien al principio de la película nos abruma un poco con las fiestas y los bailes, esto es necesario para introducirnos en el clima que la película promueve.
Hay cientos y cientos de llamados al asombro y esto es otro guiño al cine de Fellini. Pero no es una película de Fellini, aunque comparte su amor por los personajes. Es definitivamente una película y una gran película de Paolo Sorrentino al estilo de Fellini.
La gran belleza (incluye cruce con Fanny Ardant)
Títulos finales
Los diez puntos de mi modesta calificación se quedan cortos para apreciar una obra maestra del cine como esta.

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