Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

martes, 7 de octubre de 2014

El director de matrimonios (Marco Bellocchio, 2006)

Una pequeña joya inesperada. Eso representa esta película en la filmografía del gran Marco Bellocchio.
De alguna manera vendría a ser su "Ocho y medio". Plena de imaginación, las escenas de la película se deslizan por la mente del espectador como si de un sueño se tratara.
Y que un poco toda película es eso, un sueño del que uno se despierta, a veces a medias, cuando llegan los títulos finales.
Bueno, Marco Bellocchio se ha encargado de plasmar esa alegoría en esta película.
Franco Elica (Sergio Castellitto) es un director de cine que está recorriendo Sicilia en busca de escenarios para su versión de "La novia".
Desciende del tren en Cefalú y allí conoce a un realizador de videos de matrimonios, Enzo Baiocco (Bruno Cariello) quien lo reconoce y le pregunta cómo filmaría él la escena de la pareja en la playa.
Y es entonces que se desencadena el sueño o pesadilla o eterno resplandor de una mente creativa.
Lo que Franco Elica imagina para esa escena de los recién casados en la playa, es visto por el príncipe de Gravina (Sami Frey) quien le exige que se haga cargo de la filmación del casamiento de su hija Bona (Donatella Finocchiaro).
Debe encontrarse con Bona al día siguiente en la iglesia de Santa Ursula, en la cima de un cerro. En la iglesia, Franco Elica se enamora perdidamente de Bona y se desencadena una película paralela que puede o no estar sólo en su mente.
Ya el espectador debidamente embaucado, asiste como después del encuentro con Bona, el príncipe amenaza a Elica con denunciarlo a la policía por abusar de chicas jovencitas con el pretexto de tomarles una prueba para el cine. Y el misterio se hace cada vez más grande, con Elica dentro del palacio, hablando con los perros en alemán.
No voy a seguir contando porque delataría la trama y quisiera que el espectador curioso viera esta película, que si no me equivoco ha pasado bastante desapercibida.
Que Marco Bellocchio es el mayor director cinematográfico italiano de la actualidad no está en duda. Que consigue llevar al espectador a dónde él quiere llevarlo, no queda ninguna duda. Que es un mago de los artificios cinematográficos, a veces al servicio de la verdad, como en "Bella addormentata" o "La hora de la religión" y otras veces, para beneficio de nosotros espectadores ávidos de sorpresas, al servicio del misterio cinematográfico, ya no tengo dudas.
Y, como dice y repite con aire sibilino en la película, es la muerte quien comanda en Italia. (Sibilino = "Que es misterioso porque parece que encierra un secreto importante o que puede tener varios significados ocultos".
La pareja en la playa
Nueve puntos sobre diez para "El director de matrimonios".

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