Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

domingo, 12 de octubre de 2014

Pirosmani (Gueorgui Shengelaya, 1969)

"Pirosmani" es el nombre del pintor georgiano Nikolo Pirosmani, que vivió entre 1862 y 1915 en la hoy república de Georgia.
De origen humilde, desempeñó todo tipo de trabajos, desde conductor de trenes hasta pintor y albañil.
La película comienza cuando abandona la granja donde vivía con sus dos hermanas para irse a la ciudad. La ciudad era Tibilisi o Tiflis, hoy, como entonces, capital de la república de Georgia.
Llegó un momento en que no hubiera taberna o restaurant que no contara con un cuadro de Pirosmani para exhibir. Pintaba animales, desde una jirafa hasta vacas y también los personajes característicos de la vida popular. También retratos imaginarios de los personajes mitológicos de la historia georgiana, como Rustaveli .
Mesas donde 4 o 5 comensales, todos éllos hombres, ataviados a la usanza de la época, celebraban con vino y buenas viandas. Pero también pintó paisajes y pueblos. Todo en el más puro estilo que hoy llamamos naif.
La Sociedad de Artistas Georgianos lo invitó a unirse debido al entusiasmo con que sus obras fueron recibidas en Moscú, pero la relación de Pirosmani con los intelectuales siempre fracasó por su absoluto desdén de las formas y las relaciones convenientes.
Murió en la más absoluta pobreza, pero esto no está en la película, aunque aparezca insinuado.
La película adopta el diseño de las pinturas de Pirosmani y cada encuadre, cada escena, cada situación, es una obra de arte. El estilo cautiva de entrada al espectador. Plantas enormes en interiores. Animales de granja moviéndose alrededor de la gente. Paisajes con perspectivas pictóricas.
No cabe la menor duda que mucho de éllo se debió a que se contó con el pintor Avtandil Varazi para personificar a Nikolo Pirosmani y también para hacerse cargo de la dirección de producción.
Está muy clara en la película la negativa de Pirosmani a dejarse envolver por las prácticas comerciales que más le hubieran convenido y en lugar de éllo elegir vivir su vida como más le gustaba.
Cuando echa a su socio de su tienda de comestibles porque lo quiso estafar con una novia, según él, fea como la peste, decide arruinar el negocio y pretende cobrar exorbitancias a sus clientes habituales y regalar todas los comestibles a gente indigente.
Es como un cuento oriental, embebido en los gustos y las modas georgianas de principios del siglo XX y en donde los auténticos cuadros de Pirosmani encuadran a la perfección.
Cuadro de Nikolo Pirosmani
En la escena siguiente, en una taberna, un compañero cuenta que encontró la entrada a un paraíso donde están las tumbas de Rustaveli y de la Zarina Elena. Pirosmani le pide que lo conduzca ya, en ese mismo momento a la entrada mágica.
Escena de la entrada al paraíso
Es imposible calificar una película de esta singular muestra pictórica. Por lo magistralmente realizada y lo atractivo de su belleza artística se merece diez puntos.



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