Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

lunes, 18 de abril de 2016

Mandarinas (Zaza Urushadze, 2013) 🌟🌟🌟🌟

Extraño nombre para un film. "Mandariinid" es el título original en estonio, aunque el director sea georgiano y la película se desarrolle en Georgia.
Familias de estonios radicados en Georgia desde la segunda mitad del siglo XIX, han vuelto a su país a causa de la guerra de segregación en la provincia de Abjasia. Los abjasios han recibido armamento y soldados del ejército ruso, quien apoya esta guerra separacionista.
En la película nos muestran a Ivo (Lembit Ulfsak), carpintero de profesión, armando cajones para la cosecha de las mandarinas. Los mandarinos rodean la casa de Margus (Elmo Nuganen), vecino de Ivo, que está muy preocupado por no conseguir gente para trabajar en la recolección de las mandarinas y que la fruta se pudra en los árboles.
Pero la guerra está alrededor de éllos. Frente a la casa de Margus se enfrentan un jeep ruso y un vehículo georgiano. De los rusos uno, Ahmed (Giorgi Nakashidze), queda vivo, así que lo llevan a la casa de Ivo para curarlo. Al resto los entierran en una fosa común. Cuando los están por cubrir ven que uno de los georgianos, Niko (Mikheil Meskhi), se mueve. Lo llevan también a la casa de Ivo. Van a buscar al médico de la zona quien los atiende. El ruso, que en realidad es un mercenario checheno, se va a recuperar, pero el pronóstico sobre el georgiano es reservado.
Con este planteo inicial, la guerra merodeando en el bosque y los dos viejos estonios empeñados en cosechar sus mandarinas, Zaza Urushadze construye el guión y las imágenes de su película.
A pesar de ser georgiano, no hay rastros de parcialidad en su alegato anti belicista. Tampoco hay rastros de moralinas ni de manipulación emotiva.
Con una hermosa fotografía donde las escenas se tiñen de un tinte azulado para demostrar la situación interna de la guerra sobre esos cuatro hombres.
Solo acontecen dos o tres incidentes, que son suficientes para desencadenar la tragedia con la que se irá impregnando la película.
Puede que el espectador se vea afectado por la imposibilidad trágica de cambiar la realidad, impulso que mueve a Ivo a tratar de detener la guerra, al menos en el ámbito de su casa.
La imagen de Ivo, el carpintero, cortando los listones de madera con la sierra eléctrica, está al inicio y al final del film, como un signo de su positivismo.
Se debe destacar la hermosa música compuesta por Niaz Diasamidze para la banda sonora del film.
Trailer
Observen el hermoso alfabeto georgiano en el que aparecen escritos los nombres de los actores y de la película.
Banda de sonido primer tema
Haciendo un gran esfuerzo de producción para el incipiente cine georgiano, Zaza Urushadze logra gestar una película de un gran valor humano con términos como "perdón" y "tolerancia", tan olvidados por el género humano en nuestros días. Nueve puntos sobre diez para este magnífico documento.

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