Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

viernes, 30 de septiembre de 2016

Aquel día (Ce jour-là) (Raoul Ruiz, 2003) 🌟🌟🌟🌟🌟

Raoul Ruiz ha sido uno de los más prolíficos directores cinematográficos. Realizó más de 100 películas en 40 años de trabajo. Nacido en Chile, inició su carrera artística escribiendo para el teatro. Entre 1956 y 1962 escribió casi 100 obras teatrales.
El golpe militar fascista de 1973 lo obliga a dejar su patria y, afortunadamente para los cinéfilos a exiliarse en Francia que se transforma así en su nuevo centro de difusión. Surrealista por convicción, sus primeras obras son un tanto oscuras, pero poco a poco va descubriendo su lenguaje cinematográfico, donde a través de unas primeras pautas caóticas desarrolla una perfecta trama de misterio e imaginación.
Este es el caso de "Aquel día". Las primeras tomas nos muestran un paisaje suizo envuelto en la neblina donde Livia (Elsa Zylberstein) sentada en un banco bajo un árbol, escribe sus notas en una libretita.
Aparece un ciclista que se cae frente a élla por lo que Livia lo reconoce como un ángel. Para élla son ángeles todos los que se caen.
Luego aparece un grupo de ciclistas. Son los locos del asilo de Saint Michele, que van vestidos de gris, como si fueran presos. Uno de éllos también se cae de la bicicleta, es Emil Pointpoirot (Bernard Giradeau) y también es reconocido por Livia como ángel.
En realidad Emil es un asesino psicópata al cual Warf (Feodor Atkine) adoctrina para que liquide a personas y a tales efectos lo deja abierta las puertas del hospicio para que salga a matar.
En este caso, lo vamos a entender después de media hora de película, su víctima es nada más y nada menos que Livia. El crimen ha sido organizado por su padre (Michel Piccoli) quien antes de quedar en la ruina prefiere matar a su hija, única heredera de su madre de la fortuna de Salsox un exitoso condimento suizo. Si Livia muere hereda su hermano Luc (Jean-Baptiste Puech) y muerto Luc el heredero es el estado suizo.
Ya en los títulos, Raoul Ruiz anuncia que dirige una película helvética. Y así es como todo transcurre en Suiza, la prolija y ordenada Suiza, donde el comisario del pueblo Raufer (Jean-Luc Bideau) y su ayudante Ritter (Christian Vadim) deciden que lo mejor es no hacer nada frente al anuncio de la huída de Emil Pointpoirot del hospicio, como estrategia de investigación.
Ya estoy complicando demasiado esta sinopsis y no es mi objetivo describir la excelente trama al mejor estilo Hitchcock con que Raoul Ruiz escribió el guión de esta curiosa película.
El espectador curioso va a intentar rever los 20 minutos iniciales para detectar qué se perdió en la historia de Livia y el maniático asesino Pointpoirot.
Trailer en francés
Un Sal-sox por favor (en francés)
Admirable obra cinematográfica que despierta la imaginación y hace que el espíritu se regocije, diez puntos sobre diez, es mi calificación.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Arma fatal (Hot fuzz) (Edgar Wright, 2007) 🌟🌟🌟

Para empezar es importante dejar en claro que "Arma fatal" es una película inglesa, no estadounidense. Entonces lo que uno podría sospechar se trata de una parodia de tantas películas de parejas de policías, no lo es, simplemente no lo es.
Tampoco es una película desopilantemente graciosa. Si bien todo lo que sucede es grotesco y satírico, no mueve a la risa del espectador que no es amante del pochoclo, o sea como yo.
Pero toda la trama, toda la película, todas las situaciones, llevan a la gran satisfacción del descubrimiento de un cine inteligente y mordaz.
Nicholas Angel (Simon Pegg) es un policía que ha batido todos los records de perfeccionamiento en su puesto en Londres. Es la razón por la que su sargento directo (Martin Freeman) y el Inspector General (Bill Nighy), se lo sacan de encima con un traslado que simula ser un ascenso, Angel va como oficial, ya no más como simple policía, al pueblo de Sanford. En donde nunca pasa nada.
Pero ni bien llega Angel, detiene a todos los consumidores del bar por tener menos de 18 años. Y lleva detenido por conducir en estado de ebriedad a Danny Butterman (Nick Frost) del que al día siguiente se entera es compañero suyo en la oficina de policía.
Como nunca pasa nada, lo envían junto con Danny, a controlar la velocidad en la ruta de acceso al pueblo.
De allí en más, la comedia va a convertirse en una película de crimenes y misterio.
Al mejor estilo de película negra británica, los degollados y quemados vivos van a estar a la orden del día. Pero, en opinión del Inspector Frank Butterman (Jim Broadbent), son simples casualidades.
Angel empieza a sospechar, en base a algunas claves que relaciona, que se trata de un gran operativo criminal para que el dueño del supermercado, Simon Skinner (Timothy Dalton), haga un gran negocio.
No voy a contar nada más porque sino la película pierde su gracia, que la tiene a montones.
El espectador se va a encontrar sorprendido con una pequeña obra maestra del misterio en clave de comedia, donde Simon Pegg juega con su habitual sobriedad, el personaje clave.
El final es para la antología de las películas de tiroteos, persecusiones y crímenes. Es para tirar balcones.
El director Edgar Wright es un gran veterano en manejar este tipo de películas rápidas, inteligentes y sorprendentes y en colaboración con Simon Pegg escribieron este magnífico guión sin el cual la película naufragaría en donde tantas otras se hunden y llevan consigo al espectador a hundirse de aburrimiento.
No hay nada que el espectador pueda imaginar de antemano. Todas las escenas lo van a hacer disfrutar de una película amena, ágil y divertida.
Trailer en español
Una excelente película para pasar un gran rato. Ocho puntos sobre diez.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Están todos bien (Giuseppe Tornatore, 1990) 🌟🌟🌟🌟🌟

En base a un guión escrito por Massimo De Rita, Tonino Guerra y el mismo director, Giuseppe Tornatore encuentra la clave para convertir una película en un imborrable recuerdo de todas y cada una de las vidas de los seres humanos.
La memoria, el haber hecho las cosas más o menos bien. El haber educado y formado a los hijos para triunfar o para ser felices, el haber vivido una vida productiva para el bien de los demás, el conservar intacta la cultura popular con todos los refranes que encierran la más grande sabiduría.
Matteo Scuro (Marcello Mastroianni) es un siciliano retirado de Trapani, que al ver frustrado su proyecto de reunir a sus hijos para las vacaciones decide ir a visitarlos él mismo.
Con este objetivo en mente inicia una peregrinación por Italia toda, de la cual nuestro héroe va a regresar más viejo y enfermo, pero un poco más honesto y sabio.
En Nápoles no puede encontrar a su hijo Alvaro. En Roma se va a cruzar con Canio (Marino Cenna), a quien cree un político con una carrera firme. Luego irá a Florencia, a visitar a su hija Tosca (Valeria Cavalli), de quien supone haber llegado a ser una modelo súperstar. De allí a Milán, para ver a Guglielmo (Roberto Nobile), un músico formado y triunfal, que resulta ser un intérprete de timbal y finalmente a Turín, para ver a Norma (Norma Martelli), una funcionaria pública de carrera que en realidad recibe telegramas por teléfono.
En el camino, durante un viaje en tren, se va a cruzar con una señora de edad como él (Michele Morgan) que está haciendo un viaje para jubilados, a quienes llevan a visitar las playas de Rímini en pleno invierno.
Contado así no se puede descubrir la magia que, a pesar del director, encierra la película. Un poco de melancolía y de tristeza al contrastar los proyectos de vida con la realidad. Los ensueños de todos los padres, quienes deseamos tener hijos triunfantes, sin darnos cuenta que lo que realmente importa es su bienestar, el que éllos mismos elijan y como lo encuentren en los caminos de la vida.
En la escena cuando le cuenta a su mujer que sus hijos "Están todos bien", es donde al espectador sensible va a dejar escapar alguna lágrima, pero sobre todo es por la emoción que solo Marcello Mastroianni es capaz de transmitir a su personaje.
Si no la han visto intenten conseguirla y verla, al menos una vez, es una experiencia que merece ser vivida. Ah, la música de Ennio Morricone es hermosísima.
Escena del sueño
Por haber hecho resucitar mis emociones diez puntos para Tornatore.

martes, 13 de septiembre de 2016

Mentiras que matan (Wag the dog) (Barry Levinson, 1997) 🌟🌟🌟🌟🌟

Barry Levinson saltó a la fama dirigiendo a Robin Williams como el locutor de la radio en "Buenos días Vietnam". Una película muy loca sobre la alienación que fue la guerra de Vietnam que logró, como efecto colateral, resucitar la música de los 60's.
Diez años después hace "Wag the dog".
Sobre la novela de Larry Beinhart, Hilary Henkin y el gran David Mamet escriben el guión en el que se basa esta increíble película. Hay que reconocer a los Estados Unidos que tienen, o bien una increíble hipocresía o una sinceridad a toda prueba.
En "Wag the dog", Winifred Ames (Anne Heche) convoca a la Casa Blanca a una privadísima reunión al politicólogo Conrad Brean (Robert De Niro) debido a la crisis que representa en la campaña presidencial por la reelección que se haya descubierto al presidente toqueteando a una niña exploradora (luciérnaga como aclaran sostenidas veces) y que esto se vaya a hacer público con el escándalo que acarrea.
Para Conrad Brean la solución está, 1, que el presidente se quede al menos un día más en China donde está de visita, para darle tiempo a urdir una campaña paralela, 2, que comiencen a negar que vayan a activar al bombardero B3 (que obviamente no existe pero promete como campaña de terror) y 3, que contraten a un productor de Hollywood para que, dando rienda suelta a su imaginación, prepare los spots para una guerra contra, ¿contra quién puede ser?, contra Albania, donde un grupo terrorista se prepara para invadir Estados Unidos llevando LA bomba en un maletín, que introducirán desde Canadá.
Estas son las bases del plan que presentan a Stanley Motss (el increíble Dustin Hofman), el productor de Hollywood elegido. Inmediatamente Stanley imagina un spot de la guerra con una niña huyendo de los terroristas, con una buena banda musical que prepare el leit motiv de la campaña, algo como "The american dream".
La actriz elegida para protagonizar el spot Tracy Lime (Kirsten Dunst), debe huir con un gato en brazos, que el presidente pide que sea un gato blanco. Ella pregunta si podrá poner este papel en su curriculum y obvio que se le dice que no y además que este papel nunca existió.
El spot es armado por técnicos en computación cambiando el paquete que transporta Tracy por el gato blanco elegido y agregando un fondo de pueblo albanés y ambiente de guerra.
Al día siguiente es proyectado en los programas de noticias de la televisión, como el horror de la guerra en Albania.
Esto es nada más que el principio, porque la aparición de la CIA que apoya al candidato opositor amenaza con desvelar la mentira de la guerra y deben agregar nuevos personajes. Una niña que reibirá al presidente a su regreso para entregarle un ramo de hortalizas, de la fiesta de las cosechas típica albanesa. Al actor Jim Belushi que pide tranquilidad a sus compatriotas (nadie sabía que fuera albanés) y muchas cosas más.
Una película realmente inverosímil, aunque lo más inverosímil es que se desvele el origen de las imágenes publicitarias que manipulan a la opinión pública y son pre-fabricadas "de cartón piedra".
El espectador no va a creer lo que el film le está mostrando, otra que Zeigeist. Y el final es, realmente, de antología.
Una película que no se debe dejar de ver, por su inmejorable hechura y por los sutiles mensajes que envía a los rebaños de gente que cree a pie juntillas lo que la televisión les muestra.
Impresionante, lo repito, la actuación de Dustin Hofman, pero todos los actores están perfectos en sus caracteres. Hay que rescatar la actuación de Woody Harrelson como el sargento Sapato y de William Macy como el agente de la CIA.
Muestra del film
Lo que ves no es lo que sucede
Diez puntos sin dudar para este extraordinario film de Barry Levinson.

lunes, 5 de septiembre de 2016

El amor es más fuerte que las bombas (Joachim Trier, 2015) 🌟🌟🌟

Primer largometraje hablado en inglés del director noruego Joachim Trier (sí, es pariente de Lars Von Trier).
En base a un imaginativo guión escrito por el propio director junto a Eskil Vogt, Joachim Trier construye los cimientos de una laberíntica historia que comienza casi al final de la narración, con el nacimiento del primer hijo de Jonah (Jesse Eisenberg).
La madre de Jonah, Isabelle (Isabelle Huppert), una famosa fotógrafa de guerra, ha muerto hace dos años en un accidente automovilístico. En honor al aniversario se va a hacer una muestra de sus principales obras y le han pedido a su compañero de trabajo, Richard (David Strathairn), que escriba un artículo sobre su vida.
Richard aprovecha la visita del marido de Isabelle, Gene (Gabriel Byrne) a las oficinas donde se está preparando la exposición, para decirle que en su artículo cuenta la verdad sobre la muerte de Isabelle. Le pregunta a Gene si sus hijos la conocen y Gene admite que si bien Jonah siempre lo supo, nunca encontró la ocasión para contarle la verdad a Conrad (Devin Druid), el hijo menor, aún adolescente.
Todas las pistas están ya articuladas para que comiencen a vivir por sí mismas y el director deja que las piezas se muevan y se ubiquen desestructuradamente en una película fracturada sobre una historia fracturada de una familia fracurada.
No es fácil seguir la historia, que si bien se muestra linealmente, encierra muchos flashbacks, sueños y fantasías, sobre todo de Conrad, el hijo adolescente.
Sin embargo este Frankestein se incorpora y comienza a caminar, a tientas y cayendo a veces en pozos de silencio, que envuelven un ambiente depresivo donde la pérdida de un ser querido tiñe todos los hechos de la vida de los integrantes de la familia.
Sería completamente inútil tratar de consignar aquí las claves de la historia, ya que hay una sóla, las fotos guardadas en la memoria de la cámara de Isabelle, que cuando son descubiertas por Jonah, también son borradas de la realidad.
Si bien la historia no pierde intensidad, tampoco encuentra la emotividad necesaria para capturar al espectador. Es una historia fría, tan fría como puede ser el artículo que Richard escribe sobre Isabelle para el diario.
Inigualable la banda de sonido de Ola Flottum y la dirección de fotografía de Jacob Ihre.
Pero lo mejorcito son las espléndidas actuaciones de los cuatro protagonistas. Para quien la admire, encontrará a Isabelle Huppert en su mejor momento y con sus hermosos ojos azules.
Trailer
Ocho puntos sobre diez para esta primer obra de Joachim Trier

domingo, 4 de septiembre de 2016

La chica danesa (Tom Hooper, 2015) 🌟🌟🌟

El director de la insulsa película "El discurso del rey" que fuera tan aclamada en Hollywood, regresa con una película mucho pero mucho más comprometida.
Sobre un guión de Lucinda Coxon adaptando la novela de David Ebershoff, que a su vez está basada en los diarios del personaje de la historia, Lilli Elbe, Tom Hooper va hilando la trama de "La chica danesa" donde el tema es la transexualidad.
Dicho así suena bastante escandaloso, pero la maestría del director consigue que el film se deslice suavemente por la mente de los espectadores y consiga su objetivo, que es emocionar a través de una historia para nada melodramática sino terriblemente real.
Einer Wegener (Eddie Redmayne) y su esposa Gerda (Alicia Vikander), son pintores que están batallando en la Dinamarca de comienzos del siglo XX, por hacerse un nombre. Einer casi lo ha logrado, a través de plasmar en sus pinturas los paisajes de su pueblo natal, Vejle, en Dinamarca.
Gerda en cambio, solo pinta retratos y los retratos no son lo que los marchands esperan de un pintor.
Le pide a Ulla (Amber Heard), una amiga, que pose para ella. Pero como Ulla se demora, entonces Gerda hace que Einer se vista con las medias y los zapatos de Ulla y le pone encima el vestido de la modelo.
Por este artificio, la mente de Einer desentierra a la mujer que estaba adormecida desde sus días de la infancia. Cuando llega Ulla, se ríe de él y le dice en broma, tú debes ser Lilli. La mujer interna de Einer pasa a llamarse Lilli.
La película trata entonces de los avances de la personalidad femenina en Einer. De sus desventuras con los médicos, que hasta pretenden encerrarlo por esquizofrénico. De su relación con Henrik, (Ben Whishaw), que está secretamente enamorado de Einer.
De su huída a París, cuando Gerda recibe un telegrama que le anuncia que van a procesar a Einer por perversión.
En París, Gerda va en búsqueda de Hans (Matthias Shoenaerts), un amigo de la infancia de Einer, para pedirle ayuda con Einer quien se ha convertido totalmente en Lilli.
La desesperación de Gerda quien ve como su amado marido desaparece ante sus ojos está magistralmente actuada por Alicia Vikander. Su mirada profunda y trágica ayuda mucho en la composición del personaje.
También la actuación de Eddie Redmayne es digna de mención. Sus sonrisas ambiguas y sus movimientos totalmente femeninos no nos hacen pensar en un travesti, sino en una real mujer.
El final de la historia es trágico. Un médico de Dresde le ofrece a Lilli hacerle dos operaciones. La primera para remover sus partes masculinas y la segunda para construir una real vagina.
Estamos hablando de 1926, cuando esas operaciones no existían, ni se había descubierto el poder de los antibióticos en casos infecciosos.
Si bien Lilli sale indemne de la primera operación, no resiste a la segunda.
Lo bizarro de la historia no permite a la mayor parte de los espectadores algún tipo de identificación, pero de todas maneras, la historia se cuela por los huesos y no se puede asistir fríamente a la muerte de Lilli.
Trailer
Ocho puntos es mi calificación para esta película.

Café Society (Woody Allen, 2016) 🌟🌟🌟

Y así cumple Woody Allen con su anual entrega fílmica. Como de costumbre cuando él no actúa, elige a un actor para cubrir su papel, en este caso es Jesse Eisenberg quien se hace cargo de actuar de Woody Allen en el personaje de Bobby y lo hace a las mil maravillas.
Pero una película de Woody Allen es siempre algo más que su personaje y en este caso nos ofrece una entrega algo amarga del sabor de la vida.
Aunque como en Woody Allen siempre impera el ritmo de comedia, está todo contado de una manera liviana y casi graciosa. Digo casi, porque no hay muchos momentos realmente cómicos en la película, salvo dos o tres chistes sobre judíos. Lo que impera es un ritmo, a veces demasiado rápido y un sucederse de cosas que, si bien no hacen al trasfondo del drama, enganchan las escenas para que todo termine pareciendo realidad.
Una realidad muy de Woody Allen, pero que imita demasiado a la vida real.
Por de pronto la película es una excusa para burlarse de los cholulos de las figuras de Hollywood y de Nueva York. Todos los chismes de sociedad sirven como excusa para exponer hasta el tuétano la frivolidad y falta de humanidad de esa farándula que vive de party en party y de mujer en mujer.
La mujer en cuestión es la hermosísima Kristen Stewart (Vonnie), a quien habíamos visto en "Las nubes de Sils Maria" de Olivier Assayas y a quien no habíamos visto en los episodios de una serie sobre vampiros juveniles. Que de una excelente actriz estamos hablando no cabe la menor duda y no hacen falta muchas escenas para que nos lo demuestre.
El tercero en discordia (y lo es realmente en la película), es Steve Carrell a quien finalmente podemos ver haciendo un papel en serio, lejos de tantas tonterías.
El fan de Woody Allen va a disfrutar de esta película porque tiene todos los condimentos para pasar un buen rato de cine. Al que no es fan puede ser que le parezca particularmente desconexa. Que no se asombre porque realmente lo es. La historia vuela con tanta velocidad que los hechos se suceden sin dar una pausa para el respiro. Quizás sea otra de las excelencias de Woody Allen.
Hay que destacar las magníficas actuaciones de Jeannie Berlin como la madre judía de Bobby, cada aparición suya en la película es hilarante y fantástica y de Corey Stoll, como el gangster judío Ben hermano de Bobby.
También se luce por su hermosa sonrisa Blake Lively como Veronica, la esposa de Bobby.
Trailer
Vayan siete puntos para una excelente, no novedosa, comedia de Woody Allen